jueves, 25 de agosto de 2011

Pasión


En el extenuante andar de los espíritus, las esencias sufren constantes cambios, muchos de los mismo se cuestionan como resolver sus conflictos, como dentro de la lógica existen formulas que inhiben la presencia de los factores ajenos a la verdad que incansable se les presenta sin redención, energías impuras que hablan de lo que no conocen y presumen diferencia unas de otras.
Animales sin duda interesantes, formas de vida inconscientes marchando en busca de la libertad, pero nunca notaron al único que se mueve por las sombras, al que siempre actúa y presiona las estructuras y órdenes para que funcionen en pro de mantenerlo imperecedero.
Se vuelve interesante pensar en la existencia de esas energías, en cómo se manifiestan, en cómo se reproducen, en que su complemento existe y desaparece cada vez que se le nombra. Gracioso debe ser su andar, su paso en el tiempo, único e irrepetible, irreparable, indolente si de reacción se habla y se exige, pero qué tanto se les permite y cuanto deben a este mundo, si no están presentes. Aunque en un campo minado evadir las esencias parece divertido, ese rol juguetón de bandido que lo hace ser bellaco, con esa picardía arrogante y egocéntrica, fue dictaminado en un juicio no les pertenece.
Observar, relacionarse con conexiones que inevitablemente disfrutan los estímulos, donde los espíritus invaden la capacidad de cometer, donde articulan, intensifican, desvanecen, y controlan. Es necesario, más no de excelencia establecer tal comportamiento, de tal o cual manera nunca es sensato hablar de todos en el mismo contexto, pero que buscar si no es la pertenencia a tal utopía, a un escepticismo en cuestión.
La proyección sin duda embriaga la energía que hubo y habrá, son esos los que a oscuras y a plena luz del día siguen funcionando, aquellos morteros que permiten tal ilusión quienes no deben por ningún motivo dejar de existir, pero ya basta de impedirlo, de destruir en emancipación absoluta lo único construido, cuál sería el fin, qué tan amplia sería la búsqueda si se desvanece la gustosa sensación de éxtasis.
Ímpetu, ardor, turbio y sofocante deseado momento único dentro lo ausente, del limbo extravagante, muéstrate sin piedad al instante, pero no insinúes tu presencia porque entonces será más de alguno quien impida que reluciente te desvanezcas. Tembloroso e inexacto como el tiempo que momento a tormento revuelve y revoluciona.
Conciliación y la energía se disipa, tranquila, feliz, pues es momento de concebir perenne lo dispuesto.