martes, 7 de agosto de 2012

De Amor a Amor

Ayer desperté con ganas de llorar, con un sentimiento de angustia como no sentía hace mucho. Me levante y como todas las mañanas fui a la campiña por un desayuno nutritivo con aquellas yerbas que tanto me gustan, todo a simple vista parecía tranquilo, igual a los días anteriores, pero presentí en cada momento, a cada actuar que algo estaba sucediendo, que estaba por ocurrir un suceso que marcaría mi vida, casi como si pudiera predecir el destino, mi mente daba avisos de que ya nada iba a ser igual. 

Al hacerme consciente de que mis sentimientos eran un reflejo de órganos instintivos manifestando una alerta, tomé medidas preventivas para que cada ámbito de mi vida funcionara perfectamente pasara lo que pasara, recorrí los campos por los cuales de potrillo cabalgaba, recordé los detalles más bellos de mi infancia y los más oscuros intentando sub sanar en reflexión problemas que desde siempre había olvidado. Agotado de cavilar y con el estomago vacío continúe mi labor mientras me alimentaba, fue cuando noté que las bandadas regresaban de la misma forma que lo han hecho siempre, que al pasar de los años su instinto no caduca y me emocioné al pensar que como en ese entonces, grandes compañeros de la vida, muy importantes seguirían recorriendo los pastizales de la granja abandonada. Pasé por la rivera del río, me hundí en el agua y a saltos fastidie a los peces que molestos intentaban golpearme con sus colas, como si eso fuera a provocarme algún daño, ni idea tienen que mi objetivo es provocar eso, porque sus aletas me dan unas cosquillas vivificantes. 

Con toda la energía y la ansiedad por mi cuerpo, trote hacia mi destino, recordando con nostalgia todos aquellos que conmigo estuvieron compartiendo la vida, que importantes día a día lograban provocarme las emociones más variadas e intensas, todos con los cuales viví momentos y pasaron a la historia, a quienes amo y aún recuerdo, que me otorgaron el regalo del reconocimiento y la memoria de imaginarlos conmigo. 

Ayer desperté con un sentimiento muy distinto al de todos los días durante los últimos siglos, desperté amando a todos, extrañando a muchos y entendiendo que la vida es caprichosa y que a la mayoría no los volveré a ver, desperté sintiendo que mi corazón estaba lleno e impresionado sentía que cabría mucho más, que aún siendo importante cada uno de ellos en miles de medidas diferentes, el universo se encargaba de conquistar mis proyectos, cautivarme con metas que poco a poco me alejaban de ellos sin notarlo, sentí pena, rabia, porque a pesar de intentarlo una y otra vez, el tiempo dificulta poder estar con todos mis seres queridos a la vez. 

Hoy me cuesta identificar lo que soy, lo que pienso y lo que siento, me cuesta recordar mis errores y más aún mis aciertos, en días como este pienso que si tuviera que elegir un castigo sería el destierro, pero en días como este el universo se encarga de ocuparme con esto. 

Querer, desear, sin conocer el deseo, pedir sin orientar la búsqueda, atrapar la duda, antes que la respuesta, de eso se trata.