martes, 21 de diciembre de 2010

29 pájaros en una jaula

Con plumas de colores, largas y brillantes 29 aves fueron encerradas. En menos de 24 horas ya habían perdido todo brillo y color. A pesar de los esfuerzos por salvar a seres tan bendecidos no pasaron más de 17 pájaros al día 12 del mes pasado.
Todos se preguntaban qué pasaría para el 10, porque si tan maravillosos seres continuaban desapareciendo con esa velocidad, entonces ya no quedaría ninguno.
Fue cuando 9 hombres libres se acercaron al lugar del suceso, cada uno con una capucha de color distinto, cada uno con velas en los bolsillos, Sin embargo solo 8 de ellos podían encender la llama que contenía amor y sabiduría. Fue cuando 7 continuaron su camino, sin siquiera voltear la vista para observar lo que acontecía.
En 6 ciudades al mismo tiempo nacía un niño, en los 5 continentes hay muerte y dolor, amor y sueños. Mientras todos observaban como esos hombres se alejaban, 4 minutos en silencio transcurrieron y 3 aves mueren sin remedio. De aquellos hombres, 2 se pararon frente a la única jaula que había sido culpable de todo lo que sucedía.
Lo único que hizo el hombre fue ponerse de pie junto al otro, mirarlo a los ojos dejar sus labios a menos de 1 centímetro, dijo: ¿Sería posible que entre los dos salvásemos a estas aves? ¿Sería posible que pudiésemos utilizar todas las velas que traemos en los bolsillos y que juntos descubramos que es posible salvar a estas aves?
A lo que respondí con las mejillas empapadas en llanto: Soy yo el único de los hombres que jamás a encendido tal llama de sabiduría y amor, soy yo, el hombre que no puede brindar vida y hacer que esas aves vuelvan a tener brillo y color.
El hombre que no había aún besado los labios del que no podría ayudarle en su labor, dio media vuelta y encendió las velas que traían ambos en sus bolsillos, luego de unos segundos todas las llamas estaban apagadas y fue cuando dijo: Notarás amigo mío que sólo no puedo salvar a estas aves, y que no espero que sepas encender la llama, sino más bien que me acompañes y me ayudes a que el calor se mantenga, que el viento no sea capaz de derrumbar los muros que nos protegen y así mismo protegen la llama de estas velas.
Llore por vez primera de alegría, y sin pensarlo bese al hombre que frente a mí se encontraba, lo que antes a menos de un centímetro en ilusión parecía un camino eterno, se volvió real y el centímetro desapareció.
29 pájaros salieron de una jaula, liberados el primero de Enero, por una única llama encendida. Cuentan los que tuvieron la posibilidad de ver aquello que de todas las velas que los hombres traían solo fue utilizada una, y que la llama fue tan grande que no solo devolvió el tamaño, brillo y color de las aves, sino que además volvió a la vida a aquellas que en el tiempo habían desaparecido.
Hoy 1 de Enero, no hay llama, las aves aun vuelan, y ahí está la jaula.


Domingo, 04 de enero de 2009 a las 0:22



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