viernes, 15 de julio de 2011

El tiempo y el Alma




Cuando el tiempo vuela y junto con él el alma, las travesuras se vuelven recuerdos, maneras en que la vida expresa su necesidad de hacerte aprender, el momento de enseñanza al que huyen todos, porque de ser enseñados como se debe, por qué equivocarse, cómo habría una excusa para caer. El fracaso es tan débil, pero sin embargo le otorgan la importancia que omiten cuando baila la vergüenza y el miedo, entonces de ser tan importante para que vestir harapos cuando luces elegante. Extraordinario sería que la inseguridad en todo su esplendor se volviera tolerancia junto con el fracaso, sin ser lo único y potencialmente correcto, pero evitando el paso a ser seguridad puesto muchas veces se encuentra asociado al inevitable orgullo que no siempre es bienvenido.


Fantasiosa es el alma cuya alegría se hace notar, tanta imaginación en un solo ser no es posible más que en la misma y aún así el mejor compañero de la imaginación es el alma, puesto que como un nato su capacidad es infinita y opaca se vuelve por tanto, que de obres la codicia se le une en los juegos, pero el tiempo no, el tiempo es amigo del destino y siempre ha sabido que decir y que hacer, es gracioso pero el alma le pertenece al tiempo como el agua a la lluvia y la melancolía a la espera.


Muchos dicen que él destino es bondadoso en demasía con el tiempo, pero es que como hermanos, su amistad es única e inseparable, más que por ellos mismos. Eso se notó la vez que hace épocas y milenios dejaron de verse y se genero el caos, donde a falta del tiempo el destino no dio cabida a la felicidad y algo oxidada aún se nota le ha costado retomar el ritmo en su labor. Y en ocasiones cuando el tiempo se junta con la furia y el desenfreno, deja de lado al destino y viéndose este solo, se une a la traición y a los celos, impidiéndole al tiempo actuar y dejando a todos los sentimientos y sentidos a la deriva, pero como buenos hermanos el tiempo se conecta con el destino nuevamente dando paso a que el alma se divierta con todos. 


Es que aprovechando el tiempo ser travieso y astuto, muy poco impulsivo, es demasiado inquieto y atractivo al alma, quien cambia a gusto y gusta de cambiar constantemente, el tiempo fluye con prisa y demora cuando desea, se detiene de ser imperioso e imperioso es que no pare hasta estar en el momento exacto cuando el alma alcanza su clímax.


Para ser amantes es necesario no estar solos, pero cuando lo único importante es que nadie se haga presente y que emane de ellos la verdad y por escasa que sea en todos, en ellos lo mejor que han vivido, es que de ellos nace la nueva felicidad y el nuevo destino.

viernes, 8 de julio de 2011

Camina hacia el Futuro

A pasos agigantados avanzaba distancias enormes en solo segundos. Cada vez que las recorría notaba algo era distinto de la vez anterior, algo más había que lo hacía interesante, adormecido por lo gustoso aunque leves eran los momentos que contentaban, una y otra y otra vez, pero entre paso y salto, disminuye su espíritu, cada a la necesidad de más tiempo, cada uno y el camino se hacía eterno y es entonces que al lento andar, nota la verdad de aquellos momentos, que distintos se engrandecían cual detalle los distinguía, más los detalles eran los mismos que sin orden se rinden tributo.
Sin consuelo desea no volver a correr, no saltar y así no permitir que la ilusión sea la que predomine en su vida, que los detalles sean únicos e irrepetibles y que el pasado no se vuelva el futuro, sino los sueños que hoy detiene. Maravillado por el mundo, en asombro constante, el universo muestra delirios, utópicos relatos que ante lo simple deslumbran al más pequeño de los gigantes, al único dios de los mortales y son las sombras las pisoteadas a la espera, son las nubes las que cubren con descaro y alivian cada por pequeños instantes la agonía de vivir en constante inacción.
Caminan, corren, cantan, se besan, esperan, pero no voltean la mirada, con desmedro simplemente pasan, están ahí, se burlan, pero aquellos pies ligeros, aquellos que conmueven que alegran, cautos, amables, preocupados por la ruta que han de seguir y de quien los acompaña en el camino, ahí y con ellos es donde la sombra se hace más fuerte, levanta su espíritu y se ensancha cuanto la luz le permite y la niebla no sobre.

No necesito saber dónde voy, solo saber donde he estado.