Saber, creer, conocer, saber que se conoce, creer que se conoce, tener la certeza de que hay patrones y detalles de tanta importancia que no cambian ni cambiarán sin importar la circunstancia. Tomar conciencia de quien soy, quien quiero ser y quien seré no importa la distancia que falte por recorrer, ni los soportes y piedras en el camino. “Sé que hay tanto por aprender, parece claro mas no es verdad y puedo ver mi propia imagen, descubriré cuán grande es mi futuro. Quiero saber, que me enseñes, quiero saber lo extraño que soy, dime más, que entienda lo que es normal en lo extraño que soy.”… “Que habrá de nuevo en un horizonte.”
En otros lados no sé si el cielo será más bello, si los campos huelen mejor o si existen más posibilidades de volar y flotar en aguas claras, pero miro, observo y estoy feliz de estar aquí, agradecido de lo que tengo y lo que puedo llegar a tener. Estar claro, ser y querer ser, vivir acorde a los pensamientos y los sentimiento en concordancia con lo que siempre fueron, mantener la inocencia y esperar que el mundo la mantenga, porque no hace daño creer, no hace daño confiar, sino el instante en que no se está seguro de que es eso lo que se debe hacer. No existe contraseña ni fortaleza para poder comenzar, las barreras son de cristal si sabemos quiénes somos y de lo que somos capaces, por lo que deduzco que no hay nada inalcanzable ni imposible si sabemos y agradecemos el instante en que pudimos soñar, porque es ese instante el que nos revela las posibilidades y sin limitaciones se extiende un contrato con una pluma para firmar por la propia felicidad.
Negar la propia existencia se vuelve insostenible para forjar cualquier base en un futuro presente.