lunes, 24 de septiembre de 2012

Corazón de Piedra

De tiempos a momentos, espasmos dentro de sentimientos desbordantes y descontrolados, calma ante todo y que la nada se ausente. Creo que el agua ya no surte efecto, que la vida la ha relevado de su puesto, que sin permitirlo debió haberlo hecho, inconsciente, conveniente, pero incoherente al momento de recordar que la inexistencia en lo posible no es propuesta por diversos instantes de audacia, sino más bien creada en conjunto, como una realidad alterna, como un imaginario desconocido, pero que divertido devuelve los sueños a sus dueños incondicionales.
Intrigante cuestionamiento de vulnerabilidad y resentimiento, desgaste que sin cesar abate con el viento, promesas incumplidas, hechos hermosos de actos sinceros, experiencias y recuerdos que poco a poco se van, se desvanecen.
Peregrino desconocido, desorientado, contextualizado en el espacio y en el tiempo, presentado a multitudes, desconcertado por lo que ve, por todo lo que pretende y que en instantes a pesar de las turbulencias y constantes zumbidos erosiona con ápices de sentimiento, olvida y tan solo, observa y la rabia se desvanece, porque el impulso ya no existe, porque inquieto buscó la salida, porque abrumado por lo que vio hoy solo siente dolor, al entender que será difícil volver, que necesita más que el sacrificio de una virgen, así estar y dar, conectar y crear…
Detenido el tiempo vuela y la historia revela, enfermo, estúpido, paralizado y oxidado, devastado con hambruna, revelado ante los misterios pide un momento de lucidez al día para no detener el intento. El caballero, que de justo nombramiento nunca permitió la democracia, robusto, gallardo, ensombrecido por sus remordimientos, demuestra lo dispuesto.
Y creer que en algún momento…
Vivir melancólico, nostálgico evento.

Cooperación

En ocasiones, casi siempre somos distraídos, volátiles, dispersos, ilusionados con lo fantástico del estar, con lo hermoso de la compañía, vagando por diversos destinos sin importar el propio, porque aún no decidimos que exista. Más de alguna vez apasionados, no volteamos atrás, insistimos eso nunca sirve y tercos funcionamos a la par, continuos, incansables, estrellándonos contra bloques de corrupción y castigo, pero existe un momento, que discernido, es entendido como el rudimento de lo nuevo.

En un espacio, sin tiempo ni distinción de forma alguna, vacio y ansioso, se fortifican los pensares, se modifica la ruta y se observa más el paisaje, que como siempre fortalece los sentidos advirtiendo que cualquier desvío se acompaña de nuevos horizontes y vagas promesas sin cumplir.

Tomar, beber cada gota acelera el ritmo, termina con la respiración que de vez en cuando se necesita para volver a sentir, pero que poco sirve si no existe lo cierto, entonces cuando se emprende un sueño y el pie avanza sin otro impulso que el movimiento de lo concluido, no importa lo que suceda, no importa si duele o cuan alta sea la pendiente, responder a ella, existir en función de la misma y acompañarla de impresiones, de momentos y afectos, continuarla y construirla, complementarla y compartirla, porque de otros será un pasajero destino, nos fortifica y acelera el tan ansiado, mágico, impresionante equilibrio.

En soledad, siempre es más sencillo contemplar la belleza, estando solos o aislando el objetivo, pero cuando la compañía irrumpe en el cuadro o tal vez cuando notificamos por íntimo, de ser única, lo efímero no radica en lo observado, entonces, entonces… De estrellas lo lejano, lo asombroso, de sonidos, lo estimulante, del ritmo lo impreciso, de sabores lo variable y de gustos decisiones que concretan lo vivido, fugaz nunca.