¿Será hora ya de avanzar?
Busco tener miedo, necesito ser inseguro, la estabilidad me perturba como una puerta abierta enfrentándome al innegable destino, el cumplimiento de mis metas y objetivos. De ser inconstante y lo soy, de ser inconsecuente y lo pretendo, de vivir mi inconsciente y vivir entristecido, dar lo que siento y aprender a tentar con lo que vendo. Cada cierto tiempo irrumpo mi felicidad porque no está permitido, de vez en cuando indago las maneras de encontrarme molesto, pobre, olvidado, impertinente aquel que muestre respeto y admiración, puesto el atento creará descontento.
Para alguien así, es imposible ser feliz, es imposible conseguir un instante de complacencia, está indispuesto ser superior, para alguien que frustrado vive, para quien enfrenta desafíos día a día, quererse y estimarse está prohibido, la mutación es tortuosa y la aniquilación es el único destino.
De ser más fuerte no podría, de ser capaz lo negaría, porque el triunfo se mide con desprecio y osar mirar con goce significa eliminar toda esperanza según lo propuesto.
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