Supongo que siempre existe la posibilidad de tener miedo, creo que en ocasiones lo más fácil es llegar a sentirlo y desde ahí comenzar otra vez, todo nuevo, todo diferente, pero no sé si sea lo correcto. Supongo que enfrentar los desafíos es un tanto complicado, más todavía si te sientes solo a pesar de la compañía de algunos, pero después de todo, cada vez que lo hago la recompensa ha sido mayor de lo que pudo haber sido huyendo.
Alguien me dijo que soy de esas personas que no establecen algo, que al primer obstáculo sale corriendo y debo asumir que me sentí ofendido, fue raro afrontar la verdad, pero imagino el dolor que se siente cuando las cosas no funcionan bien y muchas veces prefiero darme por vencido antes de luchar.
El amor es extraño, observarme en el acto mismo de amar se dificulta cuando ni siquiera estoy seguro de amar completamente quien soy, de aceptar mis virtudes y mis defectos, más aún controlar mis impulsos sería complicado si no puedo llevar conmigo a quien me acompaña.
Potenciar la estrategia ha sido una meta desde hace mucho, caminar a un lado de la corriente evitando que el río siga su cauce y me lleve con él, supongo que la mayoría de las veces es mejor simplemente estar, pero cuánto tiempo más debo no hacer algo, porque no quiero seguir esa vía y para eso debo cambiar, pero romper el estatus quo no ha sido una de mis virtudes y pensar en dejarle esa labor a alguien más no es la mejor decisión que he tomado.
Doy más por algo que no obtendré que por lo que tengo, es así, y se torna difícil pensar en algo distinto, es más, se vuelve insoportable la idea de que me gusta ser así, de que eso es lo que deseo desde el fondo, pero entonces pienso ¿Cuándo va a dejar de ser el desafío lo que me llame la atención? Es decir, en algún momento debo disfrutar del triunfo, después de todo la competencia siempre ha sido entretenida, la discusión revuelve y se revuelca por dentro generando una satisfacción particular, pero lo peculiar es que bajo esa idea, se esconden secretos que no he conocido y afrontar que existen me indica que para evaluar qué es lo que realmente quiero, primero debo averiguar si realmente conozco todas las opciones y si no es así, preguntarme si quedarme o seguir.
Hace un par de años estaba triste, amargado por no poder tomar la vida que esperaba me hiciera feliz, la que sentía que realmente me acompañaba a cada segundo. Hoy me doy cuenta que el hito que cambio mi vida, que le dio un nuevo sentido nació de mi, que fue la decisión la que empezó el cambio y fue la convicción la que lo mantuvo, entonces, si de la vida y los errores y aciertos se aprende, creo que lo mejor que saco en limpio, es que una decisión siempre será lo más importante y que la convicción de que esa idea es la oportuna, generara las respuestas que espero.
Es extraño, no siempre he tenido miedo al fracaso, los últimos eventos en mi vida me dejaron demasiado lastimado, pero ya qué más da, supongo que si sigo apegado al pasado no voy a poder avanzar, claro de alguna manera debo resolver los problemas que he tenido, pero para eso tengo toda una vida y si he de morir mañana, creo que no es mi afán morir pensando en lo que pudo ser, sino en lo que estoy haciendo para que sea.
Afrontémoslo, el destino siempre ha sido travieso, supongo que podría ser mi mejor amigo.
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