domingo, 1 de junio de 2014

Límite


Comenzar por racionalizarlo todo, por analizar cada parte de la historia, cada pensamiento, el detalle de lo vivido y lo sentido, la percepción, la emotiva memoria que un suceso gatilla, explorando el mundo con duda e inseguridad sin saber si estará ahí para proteger, resguardar que nada malo suceda.
Inicialmente un por qué, preguntar si continuar tiene algún sentido definido, si está permitido no tenerlo, no conocer más detalles que el acto, que la rutina, el desequilibrio, la desconfianza; preguntar por qué y no optar por responderlo, sino que insistir, perseverar, tolerar, flagelado el instinto animal de supervivencia, apelando a la identidad como único recurso que aparentemente debilitado se refugia en los conocimientos de lo adecuado.

¿Es el dolor un motor? Concretamente puede ser la evitación una manera absurda de conseguir la felicidad, que de vez en cuando a través de atisbos nos lleva a reír, a no llorar, a penetrar el silencio que muchas veces se considera inadecuado, irrumpiendo cada detalle que perjudique la perfección, por falta de fuerza, por exceso de funcionalidad. Podría haber sido en algún momento inapropiado aportar conocimiento desde la experiencia, podría haber sido hábil continuar con las relaciones de poder que permitían afrontar la realidad guiando las percepciones hacia una consensuada verdad, nunca democrática, pero disponible y estable.

Siempre de cerca, siempre desde lo más intimo, siempre lejos de la verdad interna, siempre...

Indagar hacia un abismo, con la intención de precipitarse de golpe, con forjas de acero que poco a poco se van clavando profundo desde la distancia y próximas a derrumbar cualquier estructura que debía ser demolida, pero que se negó y se continúa negando, porque se sabe, porque la vida mencionó que en el pasado no fue pertinente, porque acto seguido, la consecuencia fue el destierro, el paralelo vacío, el caminante dormido, no muy distinto a lo que hoy sucede, pero imposibilita, determina.

Mirar hacia las alturas, volar hacia un refugio fantasioso, distorsionar el mito y volverlo leyenda, sin moraleja, continuando con la cultura y perpetuando la injusticia, promoviendo el sarcasmo, el flujo de combinaciones aprendidas, reforzando ideas con las que desde el entendimiento no se condicen con la enseñanza ni con los principios.

En qué momento se tornó dañino, masoquista, dando paso a la hegemonía cruel, humana, mostrando conductas repetitivas, estructurando las mismas respuestas y haciéndolas valer como correctas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario