jueves, 10 de marzo de 2011

Blindaje

Al observar al rededor, posar la vista sobre las marcas que deja el caminar, sentir esos momentos y evaluarlos, se hace notar la presencia de la ausencia que muchas veces es comprendida solo al momento de pensar en que se debió actuar. 

Es la ceguera el arma que utiliza la ignorancia para camuflarse entre los pensamientos, porque el saber existe dentro de su ignorancia académica para cualquiera, pero solo si la vida se ha encargado de hacerle entender que; atento es el que cree y observa para aprender de lo vivido, que son años de cultivo para que una semilla germine y más que esfuerzo y dedicación para que culmine su proceso, que más, una vida entera se necesita si de buscar un ciclo se tratase la reinvención y la creación del sentir humano, de hacer notar que la composición perfecta no existe, pero se le acerca y siempre son más de dos los elementos, porque es necesario conocer la verdad de que siempre debe ser más. 

Claridad ante eventos sin la merecedora indagación para que la sentencia se vuelva positiva y compensatoria, porque el viaje a de ser acompañado siempre y cuando exista declaración y tesón para la voluntad prescrita. Amor al informante y quien acumula, porque es terco pero atinado quien día a día prepara el terreno donde reposan las esperanzas, donde los sueños se originan, se comparten, se envidian y realizan. Compenetración de procesos, actos que en su esperada respuesta generan ansiedad y goce, unión y es cuando se percibe quien es, debería y será, por la infinidad de tiempo que absorbió solo ese recuerdo. 

Es gigante el punto, tantas cientos de miles de especies y para cada tantas una sola y millones de alternativas a pesar de la elección inequívoca de la misma. Porque basta una sonrisa para hacer impresionante y faltan entelequias para comparar lo divino, que es en su búsqueda la travesía de cualquier mendigo y acéchasela aún con fruición el que ya obtuvo. 

A causa de tanto deleite por lo ajeno es que se debe blindar y desaparecer presencias blindando, no a la ausencia propia sino la extinción, porque son tan minúsculas e insignificantes las razones por las que se debería dejar ir, que la paciencia se vuelve tolerante y la tolerancia impaciente por el momento en que es violentada para probar su reciedumbre, infinitos los limites que adquiridos a fuerza, contra voluntad y persistencia que basta una señal de la avanzada que avise y la sirena retoma el vuelo hacia su hogar donde los brujos y los magos mantienen la mística, porque una vez esta creado el blindaje, solo hace falta querer ser y estar, para ambos y más.


Y entonces al amanecer la luna avisa su retirada y las palabras fluyen con tal claridad que blindada el alma comienza su día sin ignorar que su compañía permanecerá terca y obstinada para su seguridad.

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