martes, 8 de noviembre de 2011

Incandescente

Curioso para cada quien busca encontrar lo que nunca desapareció, que inocente y escondido, se mantuvo expectante al juego que lo haría renacer. 

De sobra comentar alucinaciones, introspecciones del alma que no deben sino drogarse para poder no existir, búsquedas unísonas de puerto en puerto, remolinos de viento, agua y música que envuelve los sentido, agotándolos y obligándoles a cesar. 

Cristalino que poderoso alimenta la furia, reconstruye la esperanza e instruye al maestro, donde el guía pierde su rumbo, el demente vuelve a tener razón, el hábito no es un peso, sino un afable sentimiento de goce en oración. 

Vuélvase inexperto, novato, casto, porque no existe una persona capaz de seguirle los pasos a quien no escucha ni puede temer, sentir el agua entre los dedos a de ser una de las miles que no mantuvieron los piratas al volverse prisioneros. 

Observar el horizonte, penetrar cada y buscar con quien, hallarlo y solo si estuvo siempre al frente, señalarle con mal comportamiento el índice otorgó la vulnerabilidad. 

No encontrándose en el discernimiento, desconociendo su posición, entregó a quien, donde y cuando, el tiempo, el espacio y su noción, la única versión posible, el único tratamiento, cura y rendición.

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