martes, 15 de noviembre de 2011

Compartido

Fuese merma de sustancias, fuese impacto transmisor de angustias, fuese lo que fuese. Millares de partículas, proteínas de la historia, jamás determinaron la existencia, pero participes de ella la nostalgia de lo vivido. Desglose invertebrado sugerente planta del alma, que interpuesta alucina con ser descrito, es donde la existencia misma se detona, pintorescos arbustos florecidos en primavera, pensamientos cubiertos de misticismo y alegorías de cadáveres y funcionarios de lo inexistente.
Recuerdo que es indispensable contribuir a que no suceda, considero inoportuna la distancia entre la sombra y el sujeto, mantengo calma, furia, cólera, miedo a lo intrépido, inexperto, funcional, repentino. Enloquezco de varios estímulos, verde, violeta, azul, rosa, manteles teñidos de pictogramas que difunden la belleza, obsequios andantes, desmayos para cada sonido y aroma, sonrisas de caricias y palpitares orgullosos deseando fulminar.
Displicente en andanzas coordinadas, fugitivos de lo ocurrido y negados sin sentido, rellenan de materia las cadenas hijas en coro, explotando, masturbando la distancia, recitando las ficciones a adulaciones inmortales.
Risas dadivosas compuestas de frio, romeros al descubierto en una tarde templada, no dan tregua, no se interponen, contrapuestas relucen su discapacidad, enseñanza dentro de lo normado, fuera quedó en el olvido.
¡Gritad! Que el llanto no cese, de costumbre la rutina prevalece, dolorida e instruida fomenta la furia de quien huye, evade y serás entonces la caricia del viendo cuan otoño deslumbra con sus matices.
Otorga y el perdón dará media vuelta, construirá una fortaleza, catacumbas en cada esquina, remolinos de reciclaje funcionales, sintomáticos de la verdad ilusoria, que fantástica maravilla y continúa meciendo la cuna.

Rodeos, revueltas, sonrisas y miedos,
Culpas de quien busca como un vagabundo el frio de la mañana.
Nervioso, atento, sirviente del momento,
No daría ni pediría nada, no vivirá sin bruma en la alborada,
Son las manos las que brotan y del suelo su silueta
Induce a un sueño profundo, anhelo de esclavos que aguardan el momento.
Entiéndeme, porque yo no comprendo,
Maréame y destruye al mar y el viento,
No registres de manera alguna tus sentimientos,
Porque de guía romperán el silencio y me enseñarán a no vivir indispuesto.
Disfrutar cada movimiento, entrelazar sonido y lugar, rejuvenecer la voluntad, irrumpir en lo compuesto, alumbrar sobre las cartas las migajas de un manifestó.
Amar, no existe sin un momento,
Vivir, podría solo y siempre si tú notas eso.

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